La administración en la Época Primitiva
Cuando hablamos de administración, normalmente pensamos en empresas, negocios y grandes corporaciones. Pero la verdad es que la administración existe desde hace mucho tiempo atrás. Todo empezó en las primeras comunidades humanas, cuando la gente tuvo que organizarse para trabajar en equipo, recolectar comida y aprovechar bien los recursos.
Al principio, cuando los humanos aún eran nómadas, ya tenían que administrar lo que encontraban en los diferentes lugares por donde pasaban. Esto es básicamente el origen de la administración.
Después, con el sedentarismo, empezaron a aparecer tareas más organizadas para cubrir las necesidades de las primeras aldeas. Además, como las comunidades crecieron, también se empezaron a formar jerarquías dentro de la sociedad. Sin duda, asentarse en un lugar fijo ayudó muchísimo al desarrollo de la administración en la Época Primitiva.
La administración en la Edad Antigua
En la Edad Antigua, la administración empezó a mejorar gracias a varias ideas nuevas. Por ejemplo, los egipcios crearon los inventarios para llevar un control de ventas e impuestos. También surgió la división del trabajo, lo que permitió que las personas se especializaran en diferentes tareas. Además, empezaron a capacitar a los trabajadores y a supervisar su desempeño, mientras que los gobiernos se hicieron más fuertes y organizados.
En Grecia: Los grandes filósofos también ayudaron a desarrollar la administración. Platón decía que la especialización era clave porque no todas las personas tienen las mismas habilidades. Por otro lado, Pericles impulsó la idea de que era importante seleccionar bien a las personas para cada tarea, algo que sigue siendo clave hoy en día.
En Roma: La administración creció aún más con la llegada del Imperio Romano, que tenía una organización muy bien estructurada. Gracias a esto, lograron expandir su dominio por Europa y parte de Asia.
En Sumeria (5000 a. C): Los sumerios fueron de los primeros en usar la escritura. Sus sacerdotes llevaban un registro de los impuestos y administraban los recursos. Durante la tercera dinastía de Ur, la burocracia creció mucho, y se escribieron más documentos administrativos que en cualquier otro momento de la historia mesopotámica.
Se pueden distinguir varias etapas en la lengua sumeria. En la etapa arcaica (3100-2500 a.C.), la mayoría de los textos eran sobre comercio y administración, aunque también había escritos educativos. La falta de materiales ha hecho difícil conocer con exactitud todo sobre esta época.
Babilonia (2000 - 1700 A.C): El país estaba formado por unas doce ciudades, rodeadas de pueblos y aldeas. El rey, que tenía todo el poder, controlaba todo: las leyes, la justicia y el gobierno. Debajo de él, había gobernadores y administradores, y los alcaldes y ancianos se encargaban de la administración de las ciudades. Los babilonios tomaron muchas ideas de los sumerios, pero las adaptaron a su propia cultura, y este sistema de gobierno se mantuvo durante unos 1.200 años.
Entre las leyes más importantes:
- Si un oficial descuidaba su trabajo y otro lo hacía, este último podía quedarse con la propiedad.
- Los oficiales no podían regalar propiedades a su familia.
- Si un comerciante no podía pagar una deuda, podía vender su tierra o casa.
- Si un dueño echaba a su inquilino antes de tiempo, debía devolver el dinero del alquiler.
- Había tarifas para los servicios: por ejemplo, un arquitecto recibía dos siclos de plata por hacer una casa, y el alquiler de un buey o un carro se pagaba en trigo.
Estas leyes cubrían muchos aspectos de la vida diaria, desde el trabajo de los pastores y cosechadores hasta el comercio y los alquileres. Así, se aseguraba que las relaciones en la sociedad fueran claras y justas.
Este sistema de leyes fue muy importante para mantener el orden en Babilonia durante siglos.
China (500 A. C): Confucio, el gran filósofo chino, dejó importantes ideas sobre cómo debe ser un buen gobierno. A pesar de haber ocupado varios cargos, como magistrado y primer ministro, nunca estuvo completamente satisfecho con su trabajo y, al retirarse, escribió sobre política y gobierno.
Sus reglas principales para los gobernantes son:
- Estudiar el problema: Los gobernantes deben entender bien cada problema antes de tomar decisiones.
- Ser objetivos y éticos: Las decisiones deben ser justas y seguir reglas éticas.
- Ser imparcial: El gobernante debe ser justo con todos, sin favoritismos.
- Preocuparse por la economía: Aunque la economía es importante, el trabajo en equipo ayudará a mejorar la situación.
- Mejorar siempre: El gobernante debe estar siempre buscando maneras de mejorar su gobierno.
- Ser íntegro: Los administradores deben ser honestos y no egoístas.
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